En el escenario cambiante de la inversión sostenible, el foco se ha desplazado hacia un terreno más allá de las cuestiones medioambientales. Inspirándonos en el artículo “El enfoque social reivindica su espacio en la inversión sostenible” de Cinco Días, exploramos como el crecimiento exponencial de la inversión sostenible ha evolucionado de ser una moda pasajera a convertirse en una parte esencial de las estrategias de gestión de activos. Aunque los fondos centrados en la sostenibilidad medioambiental están proliferando, parece que los productos que ponen énfasis en la ‘S’ de los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) podrían necesitar más impulso.
En este viaje hacia una inversión más inclusiva y socialmente consciente, nos encontramos con diversos desafíos. La Unión Europea ha avanzado significativamente en regulaciones medioambientales, mientras que los aspectos sociales, aunque igualmente cruciales, pueden ser más difíciles de abordar debido a su naturaleza local y a la falta de normas comunes. Es en este contexto que empresas como Soifi encuentran su razón de ser, luchando por proporcionar educación de calidad como una forma de inversión social.
Alejandro Castañeda Hernández, responsable de formación y estudios de Spainsif, destaca la evolución normativa en la Unión Europea y señala la necesidad de objetivos claros para la reducción de emisiones y la implementación de energías renovables. A pesar de los desafíos, los inversores están cada vez más interesados en informes de impacto y transparencia en todas las áreas de inversión ASG, marcando el camino hacia un cierre de la brecha entre los aspectos medioambientales y sociales.
Rocío Jaureguízar, especialista en Pictet AM, nos recuerda que la inversión ASG tiene una historia de más de dos décadas, principalmente centrada en la gobernanza. La pandemia ha acelerado el interés de los inversores en estas temáticas, con la creciente desigualdad social y la crisis energética generando oportunidades de inversión para abordar las necesidades y resolver los desafíos de manera rentable.
Belén Ríos, directora de ventas institucionales en J. Safra Sarasin Sustainable AM, destaca dos grandes tendencias en lo social: satisfacer necesidades básicas y empoderar a las personas. La inversión social no solo se trata de generar beneficios financieros, sino también de crear un impacto positivo medible en la economía real.
En el mundo de las finanzas sostenibles, la gobernanza corporativa sigue siendo crucial, pero Masja Zandbergen, directora de integración de sostenibilidad de Robeco, enfatiza que las cuestiones sociales varían según la industria. La atención a la privacidad de datos en tecnología, la salud y seguridad en empresas industriales, mineras y energéticas, resalta la importancia de abordar las cuestiones sociales en todos los sectores.
Hadewych Kuiper, directora general de Triodos IM, subraya la necesidad de un enfoque de inversión que incorpore el trinomio impacto-riesgo-rentabilidad en lugar del binomio riesgo-rentabilidad. La inversión social requiere una perspectiva diferente, donde la exclusión basada en riesgos ESG sea solo un componente higiénico.
Las principales tendencias en el ámbito social incluyen la creciente importancia de la inteligencia artificial (IA), que según Eoin Murray, de Federated Hermes Limited, presenta oportunidades para abordar cuestiones sociales como salud, educación e igualdad. La gestión eficiente del capital humano también ha demostrado ser un impulsor clave de la productividad y la rentabilidad, según un estudio de Schroders.
Los bonos sociales, utilizados para financiar proyectos con beneficios sociales, son otra herramienta en ascenso. Bram Bos, de Goldman Sachs AM, destaca su papel en la protección del empleo durante la pandemia y el apoyo a causas humanitarias.
En este viaje hacia una inversión más inclusiva, es evidente que el medio ambiente ha sido el centro de atención hasta ahora. Sin embargo, la madurez del mercado y la creciente importancia de la inversión de impacto están llevando a un enfoque más integral, donde los aspectos sociales son igualmente cruciales. Soifi, como empresa dedicada a la acción social y la educación de calidad, se encuentra en la vanguardia de esta revolución en las finanzas sostenibles. En un mundo donde los inversores buscan no solo rendimientos financieros, sino también un impacto social positivo, iniciativas como las de Soifi juegan un papel fundamental en la creación de un futuro más sostenible y equitativo.